Después de todo, ¿la microgestión es buena o mala para las empresas?
La microgestión es un tema muy comentado entre los líderes y directivos empresariales, ya que es una práctica común en las empresas y que todavía causa cierta confusión cuando pensamos si es algo positivo o perjudicial para el negocio. Es necesario un análisis refinado de los procesos para comprender cómo se lleva a cabo la gestión y cuáles son los impactos en los resultados y la productividad del equipo, a fin de encontrar Brechas de la gestión y la comprensión de cuáles son los puntos de mejora, pero ¿qué tiene que ver la microgestión con ello?
Bueno, sigue desplazándote por la página para entender mejor el tema y levántate observaciones importante para gestión de equipos en su empresa.
¿Qué es la microgestión?
Denominamos microgestión a las situaciones en las que los directores y líderes de proyectos tienen la costumbre de supervisar e inspeccionar de cerca cada acción de sus empleados, con el objetivo de controle cuidadosamente los pasos tomados para ellos y para asegurarse de que «todos bailan al ritmo de la música» dictado por la dirección. El microgerente es la persona que termina prestando una atención excesiva a todo; quiere estar al tanto de cada correo electrónico, requiere informes infinitos y, con esta presión constante, genera una disminución en la confianza que deposita en sus líderes, y ellos, a su vez, se sienten presionados constantemente. Resulta que esta percepción es bastante errónea y puede traer muchos inconvenientes a una empresa, como hablaremos más adelante.
Después de todo, ¿la microgestión es buena o mala para la empresa?
En términos generales, cabe señalar que la microgestión tiende a ser perjudicial para la gestión empresarial, ya que deja los procesos enyesados y rígidos, además de no dar a los empleados la libertad de autogestión. Esto, de antemano, provoca una serie de insatisfacción, reduce la productividad del equipo e impacta directamente en los resultados que debe lograrse.
¿Cuáles son los riesgos de la microgestión?
Además de los ejemplos que ya hemos mencionado, la microgestión de equipos ofrece más riesgos para el negocio, como los que presentaremos a continuación.
1. Se pierde la visión general del negocio
Cuando el gerente se dedica solo a mirar de cerca cada detalle de los proyectos, termina perder la visión más amplia del negocio, dejando de centrarse en indicadores como la productividad o el desempeño de cada área, además de desperdiciar tiempo de trabajo que podría dedicarse al desarrollo de la empresa. La dirección, preocupada por validar cada paso de los miembros, cierra la vista ante situaciones como:
- dinámica de las relaciones de equipo;
- conflictos;
- aprendizaje y desarrollo profesional;
- cuánto tiempo se dedica a la tarea;
- cuáles son las mejores herramientas para llevar a cabo las actividades;
- insatisfacciones.
Estos y muchos otros aspectos solo pueden ser vistos por el gerente si tiene una visión «externa» del proceso.
2. El equipo pierde la confianza, en sí mismo y en el líder
Una de las características de la microgestión es la falta de confianza en y del equipo y es, por este motivo, que los gerentes centran sus esfuerzos en observar cada actividad en detalle. Además, este tipo de gerente no permite a los empleados elegir la mejor manera de realizar las tareas. Desde el punto de vista del equipo, la falta de confianza de la dirección puede afectar su rendimiento, productividad y también su autoestima, sobre todo porque En la microgestión, las tareas siempre deben rehacerse hasta que estén de acuerdo con lo que el gerente espera, además de una supervisión excesiva.
3. Aumento de la rotación de empleados
¿Alguna vez has escuchado la frase «los empleados no abandonan las empresas, renuncian a sus jefes»? Un entorno microgestionado tiende a ser bastante tóxico para el equipo y hace que los empleados Busque otras empresas cuando experimente situaciones de presión extrema o permanecer en lugares donde no pueden tener autonomía y tomar decisiones.
4. Estrés y acumulación de trabajo en la gestión
La microgestión puede provocar un aumento del nivel de estrés y la acumulación de tareas en los líderes, ya que las ganas de controlarlo todo en todo momento y de querer que todo salga como ellos desean pueden resultar agotadoras. Estos son solo algunos ejemplos de cómo la microgestión perjudica las actividades de una empresa y puede afectar directamente a los resultados y la satisfacción tanto de los empleados como de los clientes. Para evitar que se produzca este tipo de gestión en una organización, es muy importante conocer las actitudes que provocan la microgestión. Hablaremos un poco sobre ellas a continuación.Lea también:»Cómo reducir adecuadamente la burocracia de su empresa».
¿Cuáles son las causas de la microgestión?
La microgestión se debe a las actitudes de los líderes que hacen imposible que el equipo sea ágil, se autogestione y aproveche sus mejores cualidades para realizar las tareas de manera más productiva y, por lo tanto, ofrecer buenos resultados. Se trata de actitudes que a menudo son imperceptibles en la vida cotidiana, pero que, a largo plazo, hacen que el gerente tenga una mente micro y no macro. Compruébalo.
1. No delegue funciones
Cuando la dirección no entrega las actividades a los miembros del equipo y adopta la mayoría de las acciones por sí misma, se trata de una fuerte señal de microgestión. El resto Las personas se convierten en meros actores secundarios y no pueden tener autonomía ni seguir adelante con el proyecto, porque se quedan atascados.
2. Tener poca confianza en el equipo
Si un líder no confía en el equipo, puede estar seguro de que a corto o largo plazo la empresa tendrá problemas. La confianza hace que el equipo se sienta seguro con su propio trabajo, sienta que está colaborando y alienta a las personas a buscar más conocimiento y crecimiento en la empresa. Si el empleado no se encuentra en un entorno que transmita confianza, sin duda tendremos problemas en el futuro.
3. Tener el deseo de controlarlo todo
Como siempre quiere controlar cada etapa, el gerente siente que necesita estar presente a la hora de llevar a cabo las tareas, analizando cada paso de los empleados sin darles autonomía, por lo que el líder siente que es necesario y que sin él las cosas no irán bien.
4. Exigir informes frecuentes
Para asegurarse de que están siguiendo cada etapa, el gerente que realiza la microgestión tiene el perfil de requerir informes sobre los proyectos con alta frecuencia. Para el gerente, es importante entender qué actitudes pueden dar fuerza para que ocurran estas situaciones. Vale la pena examinarse a sí mismo y comprender cómo planifica, dirige y revisa las tareas con el equipo. Piensa: Dedico mucho tiempo a asesorar y corregir a la gente? Si es así, ya es necesario revisar algo.
Es posible evitar la microgestión: ¡así es cómo!
Quienes piensan que la microgestión es irreversible en una empresa se equivocan. Puede que no sea fácil, pero es evitable. Los mejores gerentes y líderes pueden centrarse en una administración más amplia que ofrezca más autonomía a los empleados, explorar lo mejor de cada uno de ellos y crear un entorno más colaborativo y, en consecuencia, lograr los mejores resultados. Hay varias maneras de combatir la microgestión en su empresa. Estas son algunas de ellas:
Confía y delega
No tengas todas las actividades en tus manos, prepárate para delegar funciones a los miembros de tu equipo. Cada persona tiene su puesto y los objetivos que quiere alcanzar en la empresa y, al delegar tareas, lo hará capaz de desarrollarse con mayor autonomía. Esto ayuda a cambiar todo el clima del sector.
Mejora la comunicación con el equipo
La comunicación fluida marcará la diferencia a la hora de gestionar proyectos con tu equipo. El líder debe dejar claro su papel en relación con la empresa y el equipo, además de Orientar a los empleados sobre su función dentro del proyecto y lo que se espera de cada uno.
Identificar las necesidades de los empleados
Si, en algún momento, no te sientes seguro de dar autonomía al colaborador, intenta identificar los motivos y piensa en una solución. Vale la pena hablar y entender por qué no da resultados, ya que puede requerir formación, por ejemplo. Recuerde que la misión del gerente es ayudar a los empleados a crecer profesionalmente.
Automatice los procesos
Intercambie los procesos manuales y repetitivos con soluciones automatizadas para las empresas, de modo que los profesionales tengan una mayor autogestión y usted tener más tiempo para dedicarlo a actividades de mayor valor para el desarrollo de equipos y empresas. Hablamos más sobre automatización de procesos en las empresas En otro artículo aquí en el blog, asegúrate de echarle un vistazo.
Prioriza tus actividades
En lugar de centrarse en las actividades de los empleados, céntrese en las actividades que están asignadas a su puesto, como el desarrollo de nuevos proyectos y la realización de una planificación estratégica, además de realizar la análisis de indicadores importantes para las empresas evolucionar.
Usa metodologías ágiles
Apuesta por metodologías más ágiles para gestionar proyectos, como Método Kanban y otras alternativas que privilegian las reuniones para supervisar los proyectos y obtener resultados. De esta forma, dispondrá de métodos de trabajo menos complicados y podrá centrarse en mejores soluciones para optimizar los procesos.
Realización y solicitud de comentarios
Proporcione investigación climática, con comentarios para escuchar las percepciones de los colaboradores sobre la gestión de proyectos y ver dónde se pueden realizar mejoras. Proporcione comentarios veraces que ayuden a los empleados a crecer. Eso marca la diferencia. Es fácil ver cómo la microgestión no ayuda al equipo en su desempeño y no ofrece buenos resultados, pero con los consejos de gestión que hemos traído aquí estamos seguros de que tendrá otra visión de la gestión de su negocio. ¿Te ha gustado el contenido de hoy? Siga nuestro blog para obtener más consejos de administración y gestión de procesos. ¡Hasta nuestra próxima publicación!