Conocer los diferentes tipos de contratos y sus características
El Derecho Civil se ocupa de las más diversas ocasiones, incluidos los tipos de contratos celebrados entre personas con diversos fines. Todo esto es muy recomendable por la diversidad de contratos que pueden celebrarse y sus principios. En el post de hoy puedes conocer más sobre algunos de ellos.
Los principios de los contratos civiles
Entre los más diferentes tipos de contratos que se pueden celebrar, hay una serie de preceptos importantes que garantizan la seguridad y la igualdad de ambas partes, como los principios de reciprocidad, en los que cada parte del contrato se adhiere al acuerdo de manera consciente y comprometida para cumplir con la responsabilidad que allí se firmó.
Contratos basados en Principio de reciprocidad Por lo general son bilateral, en el que las dos partes renuncian a algo para ganar algo de manera mutua y ponerse de acuerdo. La contraparte de cada una no tiene por qué ser la misma.
Ejemplos de este tipo son la compra y venta, el empleo, el arrendamiento, la cesión y muchos otros.
Contratos multilaterales también tienden a seguir este precepto y, en general, implican la formación de sociedades.
Los contratos unilaterales, por otro lado, suelen estar relacionados con la actividad de una de las partes, como préstamos, donaciones, garantías, bonos y similares. Otro tipo de contrato unilateral puede ser el de carácter solemne, en el que una parte está obligada por ley a pagar algo, como una multa, una reparación y similares.
Tipos de contratos por categoría
Basándonos en los principios que definen el establecimiento de contratos civiles, podemos dividirlos en otras categorías más específicas, como:
Contratos gratuitos y onerosos
En los contratos libres, una de las partes cede ante la otra, que no tiene ninguna carga. Como en el caso de las donaciones, reconocimiento legal y cosas por el estilo.
Por otro lado, cuando hablamos de contratos onerosos, ambas partes tienen cierta carga, comprometiéndose a hacer algún tipo de sacrificio para recibir un activo de la otra parte. La mayoría de los contratos se celebran dentro de esta estructura, especialmente dentro del mercado.
Contratos compulsivos
En este tipo de contrato, las partes pueden anticipar el tipo de beneficio así como el sacrificio de cada uno para un propósito específico. Por lo general, este tipo de contrato se liquida poco a poco, o puede durar, teniendo renovación.
Los servicios regulares, como Internet, suscripciones, alquileres, préstamos y similares, generalmente se configuran dentro de esta categoría.
Contratos naturalmente aleatorios
En este tipo de contrato, una de las partes no puede prever su beneficio, pero lo hace en la comprensión de un activo futuro. Este tipo de contrato suele estar relacionado con juegos, inversiones en activos de naturaleza variable.
Contratos accidentalmente aleatorios
En este tipo de contratos, la aleatoriedad es una garantía, ya que hace referencia a un activo, pero que puede variar en su forma y también en su valor a lo largo del tiempo, como en el caso de las transferencias de tierras, las producciones agrícolas e incluso algunos productos financieros y ventas realizadas por terceros.
Contratos auxiliares o derivados
Se pueden realizar muchas transacciones con diferentes etapas, individuos y actúan sobre diferentes objetos. La ejecución de este tipo de contratos puede depender de otros contratos que ayuden a mantener la organización entre las partes y los diferentes objetos, siendo estos contratos accesorios, vinculados a partes más pequeñas de un objetivo.
O también pueden ser derivados, que pueden tener diferentes consecuencias según la resolución o el progreso de las partes, como límites a los ingresos, cláusulas que se activarán en caso de rescisión o incumplimiento, etc.
Otros tipos de factores en los contratos
Además de su categoría general, los contratos también pueden variar en sus propósitos, sus objetos, su forma de ejecución y particularidades determinantes, como los contratos muy personales, que involucran las particularidades de una de las partes o su opuesta, tratándose de la impersonalidad en el tratamiento de su ejecución, independientemente de las especificidades, al ser contratos más generales.
Los principales tipos de contratos que se encuentran en nuestra rutina
Entre los contratos más celebrados en la sociedad civil, podemos encontrar una gran variedad, tales como:
- Contratos de compra y venta, que pueden ocupar diferentes categorías, entornos y productos;
- Contratos de trabajo, con modalidades que varían según el período, el tipo de vínculo establecido entre las partes y los diferentes objetos y términos que implican su ejecución;
- Contrato de alquiler, que pueden incluir diferentes tipos de objetos y, por lo general, tienen un conjunto de cláusulas para proteger a las partes de los daños;
- Contratos de servicios, que puede ser temporal o continuo, regulado por una serie de reglas y generalmente operado mediante modelos de membresía, en los que una de las partes no puede modificar el contrato y es de carácter acumulativo.
La variedad va mucho más allá, con contratos de donación, contratos de reconocimiento, asociaciones y otros.
Qué da validez a un contrato
Para que un contrato tenga fuerza legal, el primer paso es que sea desarrollado sin defectos que sus determinaciones son ejecutables para ambas partes involucradas en su preparación. Es importante contar con condiciones justas en las que las partes celebren los beneficios.
Por eso siempre es importante contar con asesoramiento a la hora de redactar un contrato o con un servicio de derecho digital.
También es importante que haya un lastre —una relación, una cohesión— en su contenido.
Y por último, por supuesto, que este contrato esté legalmente reconocido, ya sea mediante autenticación digital o notario, lo importante es que haya una forma de afirmar que cada parte ha dado fe de ese documento.
La regulación actual de firmas electrónicas facilitó las cosas y brindó mucha más seguridad a las partes firmantes.
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